domingo, 27 de octubre de 2013

Azar.

Me he enamorado de un tal Azar. Ese que se esconde tras cada lágrima que sale de mis ojos, y vive en los hoyuelos que forman mi sonrisa.
Le encanta hablarme del cielo, de las estrellas y de las lunas de mis ojos. Y no sé como lo hace, que cuando se avecina una tomenta que me provocará estallar, la frena con un beso.
Y yo le hablo de héroes y princesas y me pide que baje de mis nubes, pues no hay mejores histórias que las que podamos vivir juntos. Que las vivimos.
Pero hay algo de Azar que me preocupa. Últimamente sólo habla de Casualidad. Tienen mucho en común, y en sus planes ya nunca figuro yo.
Aún así, Azar no me abandonaría nunca, pues vive en mis hoyuelos, se esconde en mis lágrimas y ama todo lo que yo soy capaz de amar, lo inimaginable y lo imprevisible.



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